Hace unos días, hablando con un compañero Junior que empezó a trabajar tan solo hace siete meses, me decía lo siguiente:

“Yo no he conocido esos tiempos que comentáis en los que el desarrollo de negocio era más sencillo, pues el crecimiento de los mercados así lo permitían. Yo solo he conocido este mercado duro y difícil, pero para mí es el que hay, en el que tengo que desarrollar mi trabajo, por lo tanto, me gustaría no oír hablar tanto de lo que fue y oír hablar más de lo que es".

"…La crisis es más crisis, para los que hemos conocido épocas sin ella, cuando en realidad es igual para todos…".

Este comentario me hizo reflexionar buscando el importante mensaje que sin querer nos había transmitido, sacando la siguiente conclusión: "Debemos admitir que lo que empezó siendo una época excepcional de crisis se ha convertido en una habitualidad y que este mercado va a tardar mucho tiempo en cambiar de manera significativa".

Los productos que comercializamos, no dependen mucho de las variaciones de mercados bursátiles, ni de la prima de riesgo...

...Los productos que comercializamos dan cobertura a una necesidad del humano, preservar sus bienes patrimoniales y/o prever posibles hechos imprevistos, la convicción de saber que somos portadores de soluciones a esas necesidades, nos motivará y nos hará aumentar nuestra capacidad de reacción ante la frustración.

Es cierto que, en parte la venta de estos productos depende del estado de ánimo de los mercados y que estos influyen directamente sobre el estado de ánimo de los clientes, para poder luchar contra este desánimo es necesario que los clientes nos vean como solucionadores de necesidades.

Centrándonos en nuevas estrategias de marketing, formación y especialización en productos que aporten mayor valor añadido al cliente y creen mayor dependencia del mediador, esta formación y especialización no tiene que conseguir que todos los mediadores sean iguales y actúen como robots con un mismo guion, sino conseguir que su estilo propio sea más fructífero.

Existen muchos canales de distribución, pero la figura del mediador de seguros, es importantísima en estos momentos, ya que, en gran parte, de él depende que todo lo anteriormente expuesto lo perciba el cliente

El mediador consigue y aporta entre otros muchos valores, los siguientes: