
Los seguros del futuro
Temática:
Seguros, tecnología, futuroCuando pensamos en el futuro de los seguros, no podemos ya imaginar un mundo en el que la tecnología quede al margen de nuestras pólizas. En apenas cinco años, la palabra “ciberseguro” dejará de resultar exótica para convertirse en un capítulo indispensable de cualquier estrategia empresarial.
Hoy, estimamos que el mercado global de ciberseguros alcanzará alrededor de 17.700 millones de euros en 2025 y se doblará, llegando a 43.600 millones de euros en 2030, a un ritmo medio anual compuesto cercano al 20 %.
“El profesional del seguro que quiera seguir siendo relevante deberá perfilarse como un asesor tecnológico.”
Esta evolución no es gratuita: cada día surgen nuevos ataques de ransomware o phishing, y las normativas europeas (el AI Act o RAI, para la inteligencia artificial y DORA para la resiliencia operativa) exigen a las compañías demostrar que gestionan sus riesgos digitales con rigor. Las pequeñas y medianas empresas, que hasta ahora han sufrido brechas por falta de prevención, deberán ponerse al día en estos productos para proteger su continuidad y reputación.
Pero la tecnología no sólo genera amenazas virtuales, la responsabilidad civil vinculada a la IA se asoma ya, como un riesgo tangible.
Por ejemplo, imaginemos un coche autónomo que confunda una señal de obra con un peatón o un sistema de diagnóstico médico que omita un descubrimiento crítico.
¿Quién paga las indemnizaciones?
Aunque los informes aún no cuantifican un mercado suficientemente claro, los expertos coinciden en que las primas de RC-IA crecerán con una tasa de dos dígitos durante los próximos años, impulsadas por reclamaciones judiciales y por la obligación legal de auditar algoritmos, antes de ponerlos en marcha.
Y a este paisaje ¿futurista? se suma un actor fascinante: el seguro de robots. En 2023, ya había más de 4,2 millones de robots operativos en fábricas, almacenes y servicios, y se estima que el valor de este mercado superará los 92.500 millones de euros en éste 2025, escalando hasta unos 164.300 millones en 2030 con un crecimiento anual compuesto del 12 %. Proteger estas máquinas implica cubrir no sólo averías mecánicas o fallos de software, sino también intrusiones informáticas, interrupciones de producción y, por supuesto, la responsabilidad por daños a personas o bienes.
Para resumir, el profesional del seguro que quiera seguir siendo relevante deberá perfilarse como un asesor tecnológico, capaz de integrar coberturas de ciberseguridad, responsabilidad por IA y seguro de robots en soluciones modulares. Sólo así acompañará a sus clientes en la nueva era digital con la tranquilidad y la especialización que estos tiempos reclaman.

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